El viernes 3 de Octubre se presentó
en Mar del Plata el prestigioso epistemólogo argentino Mario Bunge invitado,
por tercera vez, por la Fundación Médica de Mar del Plata.
El encuentro estaba
relacionado con dos libros de reciente aparición, y editados por EUDEBA, una
autobiografía y un volumen de ensayos en su homenaje.
Resaltó a Condorcet
por ser el primero que propuso que las ciencias sociales (ciencias “morales” de
su época) deben ser científicas, aún antes de la existencia de la palabra
cientificismo. Recordó que Condorcet expresó en su discurso de recepción a la
Academia de Ciencias de Paris en 1782 “espero que llegue el día que las
ciencias morales alcancen la misma claridad y precisión que las ciencias naturales”.
En su defensa del
cientificismo y de los científicos sociales rigurosos, en varias oportunidades
hizo referencias a enfoques o disciplinas alejadas del conocimiento científico.
Uno de los pasajes más interesantes fue cuando cuestionó fuertemente a la
economía tradicional. “Los positivistas
lógicos eran los únicos filósofos que se consideraban amigos de la ciencia. Pero
ninguno de ellos puso en duda a la teoría económica estándar, que es la misma
que después de un siglo y medio se sigue enseñando en las facultades. Hace unos
20 años Daniel Khaneman puso a prueba los postulados de la teoría económica estándar.
Uno de ellos era “todos los seres humanos procuran maximizar sus utilidades
esperadas” somos todos egoístas. Les digo que no es así, solamente una tercera
parte de los seres humanos son egoístas, el resto somos altruistas recíprocos:
“hoy por ti mañana por mí”. En Zurich se formó, independientemente de Khaneman,
un laboratorio de economía experimental. En ese laboratorio se han puesto a
prueba uno por uno los postulados de la teoría económica estándar, de la que
viven los profesores de economía, y han encontrado que es falsa. Uno de esos
postulados dice que “Todas las economías en todo momento están en estado de
equilibrio. Y si se apartan es sólo un poquito y vuelven al equilibrio automáticamente de por
sí sin interferencia del Estado”. Realmente ellos ignoran eso de
que cada vez que una empresa grande amenaza a estar en quiebra el Estado o bien
la nacionaliza o bien le da fondos de emergencia que vienen del bolsillo de los
contribuyentes. El capitalismo no es sostenible sin una ayuda considerable del
Estado”.
En la sala se
encontraba el Lic. Francisco Morea quien
fue decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de
Mar del Plata (de la cual actualmente es rector) y que, siendo contador, no hizo ningún comentario ni pregunta al respecto.
La conferencia, que
duró casi una hora y media, estuvo matizada con el clásico humor bungeano y con
anécdotas sorprendentes de Bunge con Popper y Khun entre otros célebres
pensadores.
Otros tramos de la
conferencia se refirieron al uso subjetivo de algunas ideas como si ese
mecanismo fuera un método científico, lo cual va en detrimento del avance del
conocimiento y del desprestigio de algunas disciplinas sociales. Citó el caso
de Bruno Latour “publicó un artículo en
el que sostuvo que los antiguos egipcios no pudieron haber sufrido de tuberculosis
porque el bacilo de Koch fue descubierto recién a fines del siglo 19 ¿Cómo
puede una enfermedad aparecer antes de que se la descubra? Eso tuvo mucha
repercusión porque el gobierno egipcio envió a París una cantidad de momias de
la época de Ramsés II para hacer una exposición para fomentar el turismo. Los
franceses, ni cortos ni perezosos, aprovecharon para enviar una comisión de
patólogos que estudiaron los tejidos de las momias y allí encontraron bacilos
de Koch. Latour dijo “no, eso fue contaminación de los propios patólogos que
llevaban el bacilo””.
Este suceso que parece absurdo y que carecería de todo sustento en realidad se fundamenta en el más rancio principio posmoderno: "el mundo o las ideas no existen objetivamente, pues todo es una narración. Las cosas y los procesos existen cuando nos referimos a ellos". En ese contexto, una enfermedad no podría existir independientemente de nuestro conocimiento, de modo que los antiguos egipcios no debieron enfermarse de tuberculosis, y si se hallan pruebas de ellos ¡pues las pruebas se equivocan! Porque para los posmodernos la realidad no existe objetiva e independientemente de nosotros, sino lo que existe es una construcción arbitraria de la realidad. Es un típico caso de confusión entre lo ontológico y lo gnoseológico. Aunque los posmodernos no cometen este error por confusión sino por ideología.
En su ya tradicional
defensa de las neurociencias para tratar patologías del cerebro Bunge hizo
referencia a que “Estamos sabiendo ahora,
de a poquito, cómo va funcionando la mente. Todo eso gracias al enfoque
científico de un problema que antes estaba en manos de chamanes, psicoanalistas
y otros tipos de macaneadores. En los hechos el cientificismo está triunfando”.
En ese contexto tocó
un tema que resulta de interés actual en nuestra sociedad: “Consideremos el caso de las sanciones a los delincuentes menores de
edad. A los menores de edad que delinquen se los trata, al menos en Estado
Unidos, como si fueran adultos con casos de ejecuciones de chicos de catorce
años. El problema es este ¿puede el neurocientífico hacer una contribución a la
reforma del código penal? Si se ve la estadística resulta que la criminalidad
juvenil llega a un pico a la edad de 17 años en Estado Unidos. Una explicación
científica posible es que a los 17 años la corteza prefrontal del cerebro* todavía no está del todo formada, madura recién hacia los 22 años. A esa edad
los chicos tienen mucha más libertad que antes, pueden entrar en contacto con
delincuentes y están expuestos a las drogas. La idea es que es injusto tratar a
los chicos como adultos porque no tienen todavía una idea de lo que está bien y
lo que está mal. Hace un año o dos el senado de California llamó a un equipo de
neurocientíficos para hacerle esta pregunta ¿el cerebro de un adolescente es el
mismo que el cerebro de un adulto? entonces la comisión se expidió diciendo que
no está maduro todavía. Por lo que hay que tomar medidas de prevención en lugar
de castigar. En consecuencia se modificó el código penal del estado de
California”.
* La corteza prefrontal está involucrada en la planificación de comportamientos cognitivamente complejos, en la expresión de la personalidad, en los procesos de toma de decisiones y en la adecuación del comportamiento social adecuado en cada momento.
Perlitas
- En la presentación, el Dr. Jorge Laborda informó sobre la iniciativa de proponer a Mario Bunge como candidato para el premio Nobel, en este caso y rememorando al de Bertrand Russell, en la categoría de Literatura.
- La edad le juega una
mala pasada a Mario Bunge, el cuerpo de 95 años no acompaña al cerebro que
parece varias décadas más joven. A la disminución auditiva le afecta una ligera
dificultad al hablar. En un momento le costó continuar su discurso, le
acercaron un vaso de agua y expresó: “disculpen,
se me fue la voz, pero… ¿A dónde se va la
voz?”.
- El encomiable
esfuerzo de la Fundación Médica de Mar del Plata por traer por tercera vez a
Mario Bunge estuvo ligeramente deslucido por alguna deficiencia en la
organización, invitados a los que les impedían el ingreso y pre inscriptos que
no fueron registrados (aunque finalmente nadie quedó afuera). Es una pena que
este encuentro no se haya organizado en un ámbito más amplio, lo que acompañado
con una mayor promoción, habría convocado a varios cientos de interesados.
- En referencia al mal
llamado premio Nobel de Economía (que en realidad es el Premio
del Banco de Suecia en Ciencias Económicas), expresó: “Daniel Kahneman uno
de los cuatro o cinco Premio Nobel bien dados ¿cuatro o cinco dije? No ¡dos o tres!”.
- “Los positivistas lógicos de Buenos Aires, a
diferencia de los de Viena, eran dogmaticos, se tragaban cualquier cosa siempre
que fuera importada”.
- “En una reunión del año 1969 sobre crítica
constructiva Popper saltó y dijo “¡en ciencia no hay crítica constructiva, uno
va directamente a la yugular!”. Obviamente no estaba enterado de cómo funciona
la ciencia”.
- Debido a su
dificultad para escuchar se complicó la realización de preguntas, pero estuvo
dispuesto y con buen humor a hacer el esfuerzo. Cuando comenzaron las preguntas le expresó al Dr. Laborda.“Jorge: ponga atención que yo soy completamente sordo”,
- Las preguntas del
público fueron pocas, sólo una muy acertada “Usted cuestionó la teoría de elección racional, ¿hasta qué punto el altruismo
recíproco no integra algunos postulados básicos de la elección racional? porque
podrían ser considerados como cálculos egoístas a largo plazo”.
- El resto de las
preguntas fueron pobres. Una fue algo desopilante ya que consistió en una larga
y confusa exposición del caso clásico de las neurociencias que tuvo como
protagonista al obrero Phineas Gage, pero que el participante
insistía en nombrar como Nicolas Cage, aún cuando varios integrantes del
público lo corrigieron. Otro fue un caso típico del asistente a conferencias
que pretende dar una clase pero sin sustento: intentó cuestionar a Mario Bunge,
pero entre el público coincidimos que no se supo expresar o nunca leyó nada de
este autor.