abril 04, 2011

Glifosato ¿otro caso como el de la Crotoxina? 2

En una entrada anterior comentaba que el caso de la investigación de algunos científicos argentinos sobre la toxicidad del glifosato se parecía al fraude de la crotoxina (otro caso pseudocientífico argentino).
En síntesis: un investigador de CONICET anunció a los medios de comunicación que logró demostrar que el glifosato produce malformaciones en embriones humanos. Pero, algunos indicios me hacían sospechar de sus declaraciones:
reconoció que la investigación estaba inconclusa,
no lo publicó en medios científicos,
no fue revisado por otros científicos,
no trabajó con embriones humanos sino de sapos,
el autor cuestionaba a las publicaciones científicas,
el autor anunciaba una conspiración en su contra y, como en el caso crotoxina,
los investigadores son del CONICET pero su investigación no forma parte de poyectos de esa institución.

En una actualización de esa entrada "Glifosato ¿otro caso como el de la Crotoxina?" comentaba que se había conformado una comisión ministerial para analizar el caso pues si, a pesar de los indicios, los investigadores tenían razón la población mundial estaba en serios riesgos de salud.
Pasado ese tiempo, nada se supo de la comisión, pero los investigadores mediaticos publicaron su anunciada investigación en una de las revistas científicas más prestigiosas sobre toxicologia química (Chemical Research in Toxicology). Esto fue un paso esclarecedor, aunque contradictorio porque el investigador principal renegaba de las ediciones científicas diciendo que
"–... no hay canales institucionales confiables que puedan receptar investigaciones de este tipo, con poderosos intereses en contra...".
El paso más importante fue dado, fue publicado en una revista científica confiable y otros investigadores del tema pueden saber de qué se trata ¿quedó demostrado que el glifosato produce malformaciones en embriones humanos?
Pues, no sólo NO QUEDÓ DEMOSTRADO lo que los investigadores afirmaron en los diarios, sino que las similitudes con el fraude de la cotoxina siguen apareciendo.
En el caso crotoxina los autores falsificaron antecedentes (entre otras tropelías), y en este artículo ocurrieron situaciones equvalentes. Como menciona con mayores precisiones José Mulet en su artículo "El glifosato NO produce malformaciones. Confirmado científicamente" los autores argentinos:

- citan antecedentes de revistas inexistentes.
- citan antecedentes de artículos, que son reales, pero se refieren a otro tema.
- citan antecedentes de publicaciones no científicas.
- concluye, en ranas, algo obvio: si le inyectas glifosato al embrión se producirán malformaciones. (lo mismo que si le inyectas lavandina o shampoo y nadie sale a hacer campañas para prohibir esos productos de limpieza).

Uno de los aspectos más interesante del artículo de Mulet (y de otros de su blog) es que pone en perspectiva la discusión sobre glifosato y transgénicos. Los ecologistas radicales, esa secta irracional que empaña el trabajo socialmente significativo de muchos ambientalistas honestos, se esfuerzan por que confundamos agrotóxico, glifosato, trangénicos, empresas monopólicas y otros ingredientes de la ensalada amientalista. Mulet nos explica que no todos los trangénicos requieren de glifosato como herbicida, y que el glifosato se usa hasta en jardinería hogareña. Pero, principalmente, que el glifosato es un inhibidor de una enzima que sólo tienen las plantas y que tiene una vida media tan baja que no pospera una vez aplicado y que se degrada en contacto con el suelo.

Toda esta información la ocultan o la tergiversan los ecologistas radicales, como en el caso del documental para niños que denuncié en la entrada Odiar a la Ciencia desde Niño .
El artículo de los investigadores argentinos publicado en Chemical Research in Toxicology ya fue tomado acríticamente por decenas de ecologistas que lo blanden como prueba irrefutable de una verdad científica (al mismo tiempo que cuestionan a la ciencia o a todo lo que se opone a su dogma). Sin embargo los científicos que trabajan en el mismo tema desde hace muchos años, ya están criticando severamente las debilidades de ese artículo:

- principalmente que sus conclusiones que hacen referencia a los humanos son infundadas, y
- que los antecedentes para corroborar esas conclusiones fueron manipulados.

Estas críticas ya están siendo publicadas por la misma revista y la réplica de uno de los autores se basa en agredir a quienes los critican. Mientras, otros cuestionamientos científicos, están llegando a Chemical Research in Toxicology.

Lo que unos investigadores denunciaron como una de las pesadillas más terribles para la salud pública, con la información disponible parece ser infundado. Como dice Mario Bunge: las pseudociencias son como las pesadillas se desvanecen cuando se las examina a la luz de la ciencia.
Los ecologistas radicales se cansaron de citar los artículos de diarios donde afirmaban la relación entre glifosato y malformacines y luego la publicación de Chemical Research in Toxicology. Ahora ¿se retractarán de sus dichos? ¿serán honestos en difundir esta nueva información?

¿Y los resultados de la comisión del ministerio? ¿para cuándo?

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5 comentarios:

Alberto A. Villa dijo...

Hola, los enlaces [salvo el que conduce al resumen] nos llevan a una publicación de pago [Con clave] con lo que no se pueden leer :-(

El Editor dijo...

OK, voy a subir los articulos completos.

cq

El Editor dijo...

La critica y la respuesta COMPLETAS ya están subidas a sus respectivos links en el texto.

CQ

Igualdad y Progreso Argentina dijo...

Es de vital importancia que los medios de comunicación masiva, hagan conocer este fenómeno. Utópico lo nuestro no? ellos tienen muchas acciones en las empresas que lo producen y las que lo usan

Ernesto dijo...

Estoy de acuerdo, es de vital importancia que los medios de comunicación masiva, hagan conocer este fenómeno... de la AUSENCIA de peligrosidad del glifosato en humanos, el único que posee evidencia empírica a su favor. A ver si de una vez por todas los alarmistas y pseudo-ecologistas se dejan de jorobar con esta imbecilidad.