Día de Darwin 2013
Un museo al aire libre oculto a la vista de todos
¿Qué se puede decir de Charles Darwin que no se haya dicho
ya?
Uno de los aspectos que más admiración me causa de este
científico es su capacidad para analizar a la naturaleza a través de observaciones
directas, personales y presenciales. Una combinación única de biólogo de campo
y pensador de laboratorio.
Esa habilidad para interpretar el mundo natural que nos
rodea, de ver aquello que otros no percibieron, me resulta atractivo y un
ejemplo a imitar. Por ello siempre intento esforzarme en observar y detectar
todo lo que puedo cuando me encuentro en un ámbito natural (aunque jamás con
resultados ni siquiera cercanos a los de ese maestro).
Durante mis vacaciones en la costa atlántica, en Santa Clara
del Mar, disfruto de los acantilados costeros que suelen estar repletos de
fósiles cuaternarios y de estratos muy interesantes. Incluso niveles de ceniza
volcánica, inusuales para el Este de la región Pampeana.
Recientemente me encontré con una serie de hallazgos
inesperados.
Esta zona se caracteriza por su acción degradatoria del
continente, por lo que hace ya bastantes años que se construyeron una serie de
escolleras para que se amontone arena y se detenga la erosión costera. Las
escolleras fueron realizadas con una simple acumulación de grandes bloques de
piedra.
Esas piedras provienen de canteras situadas en las sierras a
unos 50 km de distancia y son cuarcitas de edad ordovícica (unos 500 millones
de años). Estas cuarcitas son usadas desde hace más de un siglo en la
construcción de edificios y de escolleras en esta región. En algunos pocos
estratos de estas rocas se han registrado fósiles de invertebrados que vivieron
en el fondo del océano, donde había aguas con poco movimiento. Los rastros de
gusanos o las improntas de trilobites quedaron grabados en la arena que se tapó
con otras capas y finalmente se endureció.
En las sierras del sistema de Tandilia se conocen algunos
pocos afloramientos naturales de estos fósiles, pero la mayoría fueron
detectados durante la extracción de piedra en las canteras de cuarcita.
Afloramiento natural de icno fósiles de edad ordovícica en las sierras
Paradójicamente la actividad que destruye las sierras y su contenido fosilífero
tan antiguo, es la misma que hace emerger muchos de esos rastros.
Lamentablemente nunca se han aplicado acciones sistemáticas para recuperar esos
fósiles y documentar el lugar y estrato donde se hallan. La gran mayoría de
esos fósiles se pierden para siempre porque pasan desapercibidos por los
trabajadores de las canteras y porque carecen de actividades concretas de protección
por parte del estado (a pesar de la ley nacional que los ampara). Habiendo tan
pocos lugares de dónde provienen y que se encuentran en plena actividad de extracción,
los municipios deberían realizar tareas de recolección y protección de estos
restos. Sería una buena acción de preservación del patrimonio y una fuente de
trabajo para los paleontólogos.
Algunas de las rocas con fósiles terminan distribuidos en
las ciudades cercanas a su lugar de extracción. Así, si se presta atención, en
muchas veredas construidas con lajas de cuarcitas se pueden observar estos
fósiles de casi 500 millones de años en las ciudades de Mar del Plata, Balcarce
y Miramar.
Las escolleras de Santa Clara del Mar están construidas con piedras que tienen fósiles de 500 millones de años
Imprevistamente me topé con algunos de estos rastros, ya no
en veredas, sino en las escolleras de Santa Clara del Mar. Se trata de canales
del icno fósil Scolicia sp. rellenos con
sedimentos endurecidos, y de improntas de Herradurichnus
scagliai.
Scolicia sp. sería
el rastro que dejó un gusano, posiblemente un anélido, durante su
desplazamiento sub superficial. Mientras que el segundo, se trata de la
impronta en forma de herradura o de “U” de la cabeza o de la cola de un
trilobites.
Rastros de Scolicia en una escollera de Santa Clara del Mar
Uno de los bloques es muy interesante porque tiene una
asociación de ambos tipos de rastros, lo cual ya fue detectado en otras
localidades “in situ”.
Rastros de Scolicia y de Herradurichnus scagliai en una escollera de Santa Clara del Mar
Otro de los bloques, presenta decenas de improntas de Herradurichnus scagliai unas sobre otras, de modo que muy pocas pueden ser identificadas.
Bloque con decenas de improntas de Herradurichnus scagliai superpuestas
El bloque más grande (y más transitado) combina los canales rellenos de Scolicia y de otros, huecos, que no pude
identificar.
Otro de los bloques presenta una icnita solitaria.
Desde hace décadas miles de personas transitan por estas
escolleras, en general pescadores y turistas, sin percibir que pasan al lado de
organismos que dejaron sus huellas cuando todavía había un solo continente en
nuestro planeta.
Sería importante que se pueda difundir la presencia de
fósiles tan antiguos, antecesores de casi toda la vida animal de la actualidad.
Que se pueda aprovechar un acontecimiento fortuito, como el traslado de la
sierra hacia el mar de tan antiguos organismos, para difundir la biodiversidad
del pasado, de la cual evolucionamos nosotros. Esas escolleras son como un
museo al aire libre, sólo hay que prestar un poquito de atención y saber aprovecharlas
para difundir conocimiento sobre la evolución y la paleontología.
2 comentarios:
Imagen número 10 - Scolicia isp. y lo mas abundante Diplocraterion isp. Taglioretti Matías (Paleontólogo - UNLP). Gracias por difundir.
gracias por difundir tan valiosa informacion, la proxima vez que veranee voy a estar mas atento.
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