En la introducción de la segunda edición de "Los Fósiles de Mar del Plata" decía: "... el conocimiento sobre el pasado crece
anualmente de modo significativo y la primera edición (2008) de este libro ya
está desactualizada. De hecho el impulso actual de los estudios paleontológicos
y la diversificación de las líneas de investigación ya habrán dejado vetusto o
incompleto a algunos de los temas del presente volumen."
A menos de un año de su publicación se cumplió esta afirmación con un tema más que relevante. Para
los interesados en la fauna fósil de Mar del Plata resulta importante lo que
ocurrió a unos 6000 kilómetros de distancia: América Central. La formación del
puente intercontinental, el istmo de Panamá, fue vital para que se desarrolle
la fauna moderna de mamíferos actuales de América del Sur. Hasta hace poco las
estimaciones de la antigüedad de la formación de ese istmo superaban los 6
millones de años, lo que actualmente se conoce como el “istmo antiguo”. Esas
estimaciones eran relativamente consistentes con la migración gradual de
algunos taxones que son detectados tempranamente en nuestros yacimientos, como
los pecaríes, los roedores cricétidos y algunos mustélidos. Así,
persistía un modelo que planteaba que algunas especies habían pasado
tempranamente por el puente intercontinental con un largo lapso sin nuevos
registros para, más tarde, detectar claramente la llegada episódica de fauna
“invasora” proveniente del norte de américa.
En
una contribución muy reciente que complementó información de mamíferos fósiles continentales,
de divergencias moleculares de especies marinas de cada lado del istmo, del
registro paleontológico de especies marinas, registros geológicos relacionados con las
fases de levantamiento continental, vulcanismo y el nivel del océano, se plantea
que la formación moderna del Istmo de Panamá ocurrió hace unos 2,8 millones de
años. Este artículo de carácter interdisciplinario requirió de la colaboración
de 35 investigadores, entre los que se encuentran cinco argentinos: Alberto L.
Cione, Mario A. Cozzuol, Germán M.
Gasparini, Esteban Soibelzon y Leopoldo Soibelzon. Se puede consultar en la
página de la revista Science Advances.
Grupos faunísticos que participaron en el GABI. Arriba los principales migrantes sudamericanos, y abajo los
norteamericanos. Por PaleoAeolos, en DevianArt.
Estos nuevos
datos permiten caracterizar mejor al proceso conocido como Gran Intercambio
Biótico Americano que fue estudiado largamente en los yacimientos marplatenses. Además,
abre nuevos interrogantes acerca de la fauna “anunciadora” de ese fenómeno
migratorio, es decir los taxones terrestres que arribaron desde América del
Norte en tiempos previos a la formación del Istmo de Panamá: los prociónidos,
los roedores cricétidos, los pecaríes y los mustélidos. Del mismo modo, se
plantean preguntas acerca de la fauna sudamericana que colonizó América del
Norte antes de los 2,8 millones de años como los perezosos Thinobadistes y Pliometanastes
(casi 9 milones de años) o hace unos 5 millones de años los géneros
sudamericanos Glossotherium y Plaina y el ave del terror Titanis.
“El Gran Intercambio Biótico Americano se caracteriza por un aumento de las dispersiones exitosas en ambas direcciones que comenzaron hace unos 2,6 Ma, el inicio se define tradicionalmente con la llegada a América del Norte del puercoespín sudamericano Erethizon y, al mismo tiempo, de la colonización de América del Sur con éxito de varios miembros de familias de América del Norte como mustélidos, cánidos, y posiblemente Gomphotheriidae, junto con el caballo extinto Hippidion.” O’Dea et al. 2016.
Los
autores de esta interesante investigación plantean que estas migraciones
previas al GABI debieron ocurrir por un fenómeno denominado “rafting”. Se trata
de grandes desprendimientos continentales que viajan en el océano con biota
animal y vegetal. Algunas de esas “balsas o islas flotantes” logran llegar
hasta otros continentes y colonizar exitosamente los nuevos territorios. De ese
modo habrían cruzado el océano Atlántico los monos y los roedores caviomorfos,
y habrían sorteado el océano interamericano los roedores cricétidos (los
ratones de campo), los prociónidos (los coatíes), los pecaríes y los mustélidos
(hurones y zorrinos). La presencia temprana de estos taxones en América del Sur
era tomada como conjetura para plantear que antes de los 3 millones de años
hubo levantamientos temporales del Istmo de Panamá. Los autores de este
artículo, sin embargo, proponen que la presencia temprana de taxones de América
del Norte, de tipo episódico y escaso, justamente demuestra lo contrario: no hubo
puentes terrestres sino desprendimientos continentales.
Todavía
hay mucho para discutir y seguramente en los próximos años el foco de las
investigaciones se va a centrar en las antigüedades, los registros fósiles confiables
y los procesos que actuaron en las vías migratorias de esos taxones que llegaron a América del Sur antes de
los 3 millones de años, particularmente en los fósiles del Mioceno.
Artículo comentado:
Aaron
O’Dea, Harilaos A. Lessios, Anthony G. Coates, Ron I. Eytan, Sergio A.
Restrepo-Moreno, Alberto L. Cione, Laurel S. Collins, Alan de Queiroz, David W.
Farris Richard D. Norris, Robert F. Stallard,Michael O. Woodburne,Orangel
Aguilera,Marie-Pierre Aubry,William A. Berggren, Ann F. Budd,Mario A. Cozzuol,
Simon E. Coppard,16 Herman Duque-Caro, Seth Finnegan, Germán M. Gasparini,Ethan
L. Grossman, Kenneth G. Johnson, Lloyd D. Keigwin, Nancy Knowlton, Egbert G.
Leigh,Jill S. Leonard-Pingel, Peter B. Marko, Nicholas D. Pyenson, Paola G.
Rachello-Dolmen, Esteban Soibelzon, Leopoldo Soibelzon, Jonathan A. Todd,
Geerat J. Vermeij, Jeremy B. C. Jackson. 2016. Formation of the Isthmus of
Panama. Science Advances 17 Aug 2016:
Vol. 2, Nº 8.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario