Se trata de uno de los títulos más políticamente incorrectos ya que su autor, José Mulet, se ocupó de poner luz sobre todo aquello que tiene el mote de “natural” o “ecológico”. Y claro, cada vez que se revisa el pensamiento único, charlatanería es lo único que sale.
Mulet tiene un estilo muy claro para redactar, por lo que la discusión de temas que requieren de un conocimiento profundo de la biología se presentan accesibles para cualquier lector.
Los temas que trata van desde la agricultura natural, los transgénicos, la medicina natural, la energía natural, la influencia de la natural en el hogar y hasta propone una guía para montar un curro “natural”.
Una característica que me resultó muy atractiva de este libro es cómo Mulet pudo simplificar temas complejos sin dejar aspectos importantes de lado. Por ejemplo, cuando se refiere a la agricultura “natural” o “ecológica”, nos muestra que para que un producto aplique como tal sólo debe cumplir con un par de normas oficiales que poco tienen de ecológicas. O que no existe la agricultura “ecológica” ya que
“En el momento que alguien quita las malas hierbas, hace surcos en un campo e introduce semillas, se ha cargado todo el ecosistema de ese terreno y ha alterado el equilibrio ecológico de forma irreversible, dañando la biodiversidad que pudiera existir.”
Los aportes de este libro para esclarecer acerca de los falsos peligros de los productos transgénicos, son contundentes. El capítulo específico sigue una estrategia aventurada: transcribe los anuncios de Greenpace contra los transgénicos y los comenta. El análisis es implacable: nada queda del dogma.
Lo que para mi resulta la segunda parte del libro es igualmente interesante, ya que se sale de lo que espera el lector que sigue a Mulet desde su blog. Trata acerca de las otras disciplinas que tienen “patente de bueno” por llevar el mote de “natural”: las medicinas, los productos para el hogar y la energía. Así, discute la validez de pseudomedicinas como la homeopatía, la osteopatía o la acupuntura; desmonta los negocios fraudulentos del Feng Shui o el uso de las hierbas para tratar enfermedades.
Sobre la energía “natural” el autor nuevamente se anima a otro “incuestionable” ya que sostiene la mejor eficiencia y menor contaminación de la energía nuclear, frente a cualquier otro tipo de transformación de energía. Y lo sostiene con evidencias, claro.
Un aspecto muy atractivo del estilo de este texto es que pone “blanco sobre negro”, es decir, el autor es muy hábil en mostrar las grandes inconsistencias que se encuentran veladas por el dogma de lo natural. Por ejemplo, el caso de la “agricultura ecológica” que ya cité, o que el sabor o la calidad alimentaria de los vegetales son lo mismo cualquiera sea el tipo de cultivo aplicado.
Los temas que trata van desde la agricultura natural, los transgénicos, la medicina natural, la energía natural, la influencia de la natural en el hogar y hasta propone una guía para montar un curro “natural”.
Una característica que me resultó muy atractiva de este libro es cómo Mulet pudo simplificar temas complejos sin dejar aspectos importantes de lado. Por ejemplo, cuando se refiere a la agricultura “natural” o “ecológica”, nos muestra que para que un producto aplique como tal sólo debe cumplir con un par de normas oficiales que poco tienen de ecológicas. O que no existe la agricultura “ecológica” ya que
“En el momento que alguien quita las malas hierbas, hace surcos en un campo e introduce semillas, se ha cargado todo el ecosistema de ese terreno y ha alterado el equilibrio ecológico de forma irreversible, dañando la biodiversidad que pudiera existir.”
Los aportes de este libro para esclarecer acerca de los falsos peligros de los productos transgénicos, son contundentes. El capítulo específico sigue una estrategia aventurada: transcribe los anuncios de Greenpace contra los transgénicos y los comenta. El análisis es implacable: nada queda del dogma.
Lo que para mi resulta la segunda parte del libro es igualmente interesante, ya que se sale de lo que espera el lector que sigue a Mulet desde su blog. Trata acerca de las otras disciplinas que tienen “patente de bueno” por llevar el mote de “natural”: las medicinas, los productos para el hogar y la energía. Así, discute la validez de pseudomedicinas como la homeopatía, la osteopatía o la acupuntura; desmonta los negocios fraudulentos del Feng Shui o el uso de las hierbas para tratar enfermedades.
Sobre la energía “natural” el autor nuevamente se anima a otro “incuestionable” ya que sostiene la mejor eficiencia y menor contaminación de la energía nuclear, frente a cualquier otro tipo de transformación de energía. Y lo sostiene con evidencias, claro.
Un aspecto muy atractivo del estilo de este texto es que pone “blanco sobre negro”, es decir, el autor es muy hábil en mostrar las grandes inconsistencias que se encuentran veladas por el dogma de lo natural. Por ejemplo, el caso de la “agricultura ecológica” que ya cité, o que el sabor o la calidad alimentaria de los vegetales son lo mismo cualquiera sea el tipo de cultivo aplicado.
Este libro parece ser uno de los vayatimos que es candidato a nuevas ediciones ampliadas, ya que permanentemente ocurren nuevos casos de eco-irracionalidad, como la prohibición de transgénicos o de la energía nuclear, la aparición de hierbas mágicas, de artefactos magnéticos curalotodo, etc. De hecho, durante su publicación ocurrió algo que fue alertado en el libro: la contaminación de un producto natural como consecuencia de la inseguridad sanitaria de la cadena de producción. El caso de los pepinos españoles, que resultaron ser brotes alemanes, que dejó numerosos muertos.
En síntesis, si quieres saber qué hay detrás del marketing de lo natural, cómo te pueden engañar y qué peligros hay en este mundillo: compra el libro que no tiene desperdicio.
1 comentario:
de comprar el libro ni hablar (existen libros de ciencia en cuales gastar dinero o piratearlos con un escaner) pero no entiendo algo,ustedes dicen ser ciencia,no veo publicaciones propias cientificas aqui.por otro lado si un productor agricola sufre contaminacion por polinizacion de semillas de monsanto,esta ultima lo demanda (amen de invadir la propiedad privada ilegalmente para tomar muestras)y eso no es ser ladron o mafioso redefinan el concepto de delincuente.Espero que los escepticos no sean partidarios de la conspiranoia de que EEUU tiene la culpa de todo no??por que hay un socialismo del XXI que es MAGUFO!!! o no???
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