

Boletín editado por Carlos Quintana donde se publica información relacionada con la difusión del conocimiento científico y se alerta sobre el fraude de las pseudociencias en la ciudad de Mar del Plata. Si deseas recibir un aviso de las actualizaciones, participar, denunciar algun caso o solicitar información escribí a quintanamdp@gmail.com
Sagan junto a un modelo de la nave Viking
Recordemos un célebre fragmento del libro "El Mundo y Sus Demonios" en el que Sagan muestra su claridad y simplicidad para expresar ideas complejas, y al final, un video en el que James Randi recuerda a su amigo Carl:
«En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca.» Supongamos (sigo el método de terapia de grupo del psicólogo Richard Franklin) que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!
—Enséñemelo —me dice usted.
Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.
—¿Dónde está el dragón? —me pregunta.
—Oh, está aquí —contesto yo moviendo la mano vagamente—. Me olvidé de decir que es un dragón invisible.
Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.
—Buena idea —replico—, pero este dragón flota en el aire.
Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.
—Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor. Se puede pintar con spray el dragón para hacerlo visible.
—Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.
Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible,incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento concebible válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe? Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluto a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspiramos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo le he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.
Lo único que ha aprendido usted de mi insistencia en que hay un dragón en mi garaje es que estoy mal de la cabeza. Se preguntará, si no puede aplicarse ninguna prueba física, qué fue lo que me convenció. La posibilidad de que fuera un sueño o alucinación entraría ciertamente en su pensamiento.
Pero entonces ¿por qué hablo tan en serio? A lo mejor necesito ayuda. Como mínimo, puede ser que haya infravalorado la falibilidad humana.
Imaginemos que, a pesar de que ninguna de las pruebas ha tenido éxito, usted desea mostrarse escrupulosamente abierto. En consecuencia, no rechaza de inmediato la idea de que haya un dragón que escupe fuego por la boca en mi garaje. Simplemente, la deja en suspenso. La prueba actual está francamente en contra pero, si surge algún nuevo dato, está dispuesto a examinarlo para ver si le convence. Seguramente es poco razonable por mi parte ofenderme porque no me cree; o criticarle por ser un pesado poco imaginativo... simplemente porque usted pronunció el veredicto escocés de «no demostrado».
Imaginemos que las cosas hubieran ido de otro modo.
El dragón es invisible, de acuerdo, pero aparecen huellas en la harina cuando usted mira.
Su detector de infrarrojos registra algo. La pintura del spray revela una cresta
dentada en el aire delante de usted. Por muy escéptico que se pueda ser en cuanto a la existencia de dragones —por no hablar de seres invisibles— ahora debe reconocer que aquí hay algo y que, en principio, es coherente con la idea de un dragón invisible que escupe fuego por la boca.
Ahora otro guión: imaginemos que no se trata sólo de mí.
Imaginemos que varias personas que usted conoce, incluyendo algunas que está seguro de que no se conocen entre ellas, le dicen que tienen dragones en sus garajes... pero en todos los casos la prueba es enloquecedoramente elusiva. Todos admitimos que nos perturba ser presas de una convicción tan extraña y tan poco sustentada por una prueba física. Ninguno de nosotros es un lunático. Especulamos sobre lo que significaría que hubiera realmente dragones escondidos en los garajes de todo el mundo y que los humanos acabáramos de enterarnos. Yo preferiría que no fuera verdad, francamente.
Pero quizá todos aquellos mitos europeos y chinos antiguos, sobre dragones no eran solamente mitos...
Es gratificante que ahora se informe de algunas huellas de las medidas del dragón en la harina. Pero nunca aparecen cuando hay un escéptico presente. Se plantea una explicación alternativa: tras un examen atento, parece claro que las huellas podían ser falsificadas.
Otro entusiasta del dragón presenta una quemadura en el dedo y la atribuye a una extraña manifestación física del aliento de fuego del dragón. Pero también aquí hay otras posibilidades. Es evidente que hay otras maneras de quemarse los dedos además de recibir el aliento de dragones invisibles. Estas «pruebas», por muy importantes que las consideren los defensores del dragón, son muy poco convincentes.
Una vez más, el único enfoque sensato es rechazar provisionalmente la hipótesis del dragón y permanecer abierto a otros datos físicos futuros, y preguntarse cuál puede ser la causa de que tantas personas aparentemente sanas y sobrias compartan la misma extraña ilusión.
Alberto de la Torre
Sin dudas fue la presentación de libro que más interés causó en nuestra ciudad con una inusitada afluencia de más de 150 personas. Es realmente extraordinaria esta cantidad de público para la presentación de un libro, de ateísmo, escrito por un físico, un martes a la noche en Mar del Plata, en medio de un temporal. Asistimos público en general, docentes de distintos niveles de la enseñanza, representantes de organizaciones sociales, amigos, ex concejales, directores de bibliotecas, estudiantes, artistas plásticos, un ex rector de la universidad nacional, docentes de las facultades de Ingeniería, Ciencias Exactas, Derecho, Arquitectura, Psicología y Humanidades, integrantes de diversas religiones (al menos de la católica, islámica y judía) y, por supuesto, miembros de la Asociación Civil Ateos Mar del Plata de la cual de la Torre es su vicepresidente.
La presentación contó con los comentarios introductorios del Dr. Celso Aldao y del Dr. Manuel Comesaña, físico y filósofo respectivamente quienes dieron su opinión acerca del contenido y orientación del libro. Comesaña resaltó la calidad y rigurosidad de la obra, pero expresó su desacuerdo acerca del valor ético del ateísmo que plantea de la Torre en su libro, lo cual seguramente será un buen pretexto para debatir en profundidad. Brevemente el autor respondió lo que expresa en la página 16 “Los ateos tienen una ética superior, no basada en el miedo al infierno sino fundamentada en el bien común: propio y ajeno” es decir, que los ateos hacemos el bien porque está bien y no por miedo o por especular con premios. También recalcó que lo superior es esa ética del ateo y no el ateo en sí mismo ya que hay mucha diversidad de ateos, algunos detestables y otros admirables.
Dogma y Yugo. La obra del grupo CarneServida que ilustra la tapa del libro
El contenido y enfoques del libro están bien resumidos en su reseña:
Después de que la biología propuso que la vida se desarrolló en la Tierra sin requerir un dios creador, la física intentó demostrar que también el universo puede existir sin intervención sobrenatural. Universo sin dioses del reconocido físico Alberto C. de la Torre, no rehuye la polémica y redobla esta propuesta desde la ciencia para convertirla en un compromiso sincero
En la primera parte del libro, expone, a la manera del ensayo de opinión, numerosos argumentos teológicos y filosóficos relacionados con la existencia de Dios. El análisis de diferentes formas de creencia en la existencia de lo sobrenatural, le permite a su autor, llegar a pensar que la sola existencia de Dios, en casi todas sus versiones, es innecesaria y, en cierta medida, imposible.
En la segunda parte de Universo sin dioses, explica, de manera accesible al lector sin formación en física, los recientes resultados de la ciencia que permiten, por primera vez en la historia, concebir racionalmente la posibilidad de la existencia del universo sin la intervención de un creador.
De la Torre considera que estos hallazgos, aún no definitivos y con algunas importantes brechas, serán consolidados con los avances de la física del siglo XXI, de manera que toda persona tenga la posibilidad cierta de ser atea. Sin embargo, para que dicha posibilidad pueda transformarse en una necesidad, es requerido adoptar nuevamente cierta posición ética que muchos pensadores han abandonado.
Es por eso que su autor apuesta fuertemente por una "irracional confianza en el poder transformador de la razón".
Luego de los interesantes comentarios de Aldao, Comesaña y de la Torre se abrió un breve, brevísimo, espacio para preguntas del público.
Los integrantes de las diversas religiones se mantuvieron respetuosos de la diversidad de ideas, ciertamente opuestas a su ideología, excepto el católico. La primera pregunta la efectuó el ingeniero Julio González Lelong miembro activo del Opus Dei (al menos durante los años 80) y siempre inseparable de su mamá. Con un rictus de “no puedo digerir esto” le preguntó a de la Torre sobre a qué Dios se refería en su libro para descalificar su existencia. La respuesta obvia del autor fue que hay muchas ideas de Dios, que las niega a todas, pero que su respuesta sería más completa si él mismo define qué idea de Dios tiene e involucra en su pregunta. Curiosamente el propio González Lelong luego de balbuceos no pudo definir a Dios (debería volver a cursar su catequesis) y pasó al viejo método usado contra Darwin hace 150 años: cuestionar al autor intentando desacreditar el uso de la ciencia (en esta caso la física) para explicar el universo.
- la grafología es una ciencia
- determina los aspectos más importantes del carácter e inteligencia
- es un estudio profundo y certero
- determina aspectos intrínsecos de la personalidad
Le sugiero que visite este sitio y lea atentamente TOOOOODO lo que la grafología resuelve.
Sin embargo la grafología no es una ciencia porque:
La conferencia
Escribo “Pedagogía” Waldorf con comillas por respeto a las verdaderas disciplinas pedagógicas.
La “Pedagogía” Waldorf fue creada a partir de las ideas esotéricas y sobrenaturales de Steiner y son consecuentes con ellas. Es decir, no se trata de un método de enseñanza, ni surge del estudio de los procesos cognitivos del aprendizaje: es la adaptación de las bases de la antroposofía a un modo de adoctrinamiento mal llamado pedagogía. Steiner afirmaba que sus ideas provenían de la percepción espiritual, es decir, que eran revelaciones místicas. En este contexto, no se puede aplicar la “Pedagogía” Waldorf sin conocer y difundir la antroposofía y los escritos del líder.
La conferencia a la que asistí fue dictada por una señora que se presentó como “docente especialista en “Pedagogía” Waldorf”, y planteó de entrada la idea central del sistema. Según Steiner la evolución de todos los individuos está regulada por etapas definidas por septenios, lapsos de siete años. Cada septenio representa un momento de significado sobrenatural vinculado a “algo” que le ocurre a cada persona relacionado con el misticismo antroposófico del desarrollo del espíritu humano. Para que la “Pedagogía” Waldorf sea eficiente cada septenio debe estar precedido por la práctica antroposófica del septenio anterior. Por ello cada ciudad que genera una escuela Waldorf debe comenzar por un Jardín de Infantes.
La conferencista nos explicó cómo funciona nuestro organismo: el cuerpo está dividido en tres partes, la cabeza “dura por fuera y blanda por dentro” (el Sistema Nervioso Sensor), el tronco “blando por fuera y duro por dentro” (el Sistema Rítmico) y las piernas (El Sistema Motor). La constitución biológica humana, además está concebida en ideas esotéricas ya dejadas de lado por cualquier corriente de pensamiento racional. El cuerpo humano se compondría de cuatro cuerpos: el físico (vinculado con el Reino Mineral), el etéreo (dominado por la fuerza vital y relacionado con el Reino Vegetal), el astral (relacionado con los sentimientos y el Reino Animal), y el sustrato del yo. Todo esto dicho con tal aplomo que quien escuchaba no sabía si la señora realmente desconoce lo elemental de la anatomía o si se trata que la antroposofía alienta el desprecio por todo conocimiento de los últimos 400 años que no incluya a Steiner como autor.
Esta secuencia de sistema Sensor, Rítmico y Motor más los cuatro “cuerpos” son centrales para la enseñanza Waldorf ya que se aplican en ese orden en cada uno de los tres primeros septenios. En este contexto, resultó altamente llamativo que la conferencista afirmara que no se debe usar la “fuerza vital” de los chicos del segundo septenio (7 a 13 años) para que aprendan conceptos abstractos, y que la lecto escritura se debe iniciar después de los 7 años cuando se forma el cuerpo astral. Según la “Pedagogía” Waldorf recién en el tercer septenio, que inicia a los 14 años, las personas adquirimos pensamiento abstracto y podemos por ejemplo, comenzar a aprender matemática. Esto fue acompañado por exclamaciones de horror porque a los niños se les enseña matemática y a escribir a partir de los cinco o seis años, ya que durante todo el proceso, pero principalmente en el segundo septenio, la enseñanza sólo debe estar basada sobre la lectura (por el maestro) de mitos y leyendas.
El significado de “fuerza vital” en la conferencia no fue metafórico, sino en su más rancio significado mágico, ¿acaso no ves la fuerza vital en esta planta? me preguntó la conferencista señalando una maceta.
Uno de los pasajes más bizarros de la conferencia fue la afirmación que si no se siguen las etapas Sensor, Rítmico y Motor se ocasionan consecuencias en la salud. Por ejemplo (textual): si durante el segundo septenio (6 a 13 años) el niño recibe educación que carece de lecturas de mitos y que exige aprendizaje de conceptos abstractos (como el de la matemática) en la adolescencia repercute en adicciones al alcohol, a las drogas y el sexo. Además, según la conferencista, a los 42 años las consecuencias en la salud son artritis, atrosis y enfermedades cardíacas. Nuevamente todo afirmado con un desprecio absoluto a la medicina y a la etiología de las adicciones o de esas enfermedades: los escritos de Steiner están por encima de todo conocimiento, incluso el generado después de su muerte en 1925.
La “Pedagogía” Waldorf no puede ser parte de la educación formal en Mar del Plata
Una de tantas preguntas que surgen luego de escuchar de qué se trata la “Pedagogía” Waldorf es cómo se implementa en la educación formal. Es decir, en la provincia de Buenos Aires la escolarización es obligatoria desde la sala de 4 años de la Educación Inicial (el jardín de infantes), siendo el Estado el que determina los contenidos de cada año escolar. Más allá de esto, cada institución privada tiene la libertad del modo de implementarlo o de enseñar temas alternativos, como la religión en los colegios confesionales o música o plástica en los de orientación artística. El problema con el sistema esotérico de Steiner es que no es posible la implementación de la doctrina en aspectos como, por ejemplo, jardín de infantes hasta los 7 años, no incorporar conceptos abstractos hasta los 14 años o enseñar sólo desde contenidos míticos, místicos y leyendas. Otros temas, como la anatomía humana, las funciones fisiológicas, la fuerza vital o el cuerpo astral también son contradictorios con el conocimiento científico y, obviamente, con los contenidos oficiales.
Ante la pregunta, la conferencista titubeó la respuesta, pero finalmente expresó que a pesar de esta situación los jardines ponen en práctica la doctrina antroposófica y evaden de algún modo las inspecciones del ministerio (citó un caso concreto). Que si los padres se ponen firmes y de acuerdo eso es posible. Esto es falso, pura sarasa, las inspecciones del ministerio provincial de educación a las escuelas privadas son muy frecuentes y estrictas, si bien se les pueden pasar irregularidades nada tan obsceno como cambiar los contenidos oficiales por el ocultismo de Steiner o que los niños no ingresen a la escuela primaria hasta los 8 años.
Al insistir con la cuestión oficial surgió un aspecto inesperado, la conferencista expresó que muchos padres adoctrinan a sus hijos fuera de la escuela y cada tantos años les hacen dar los exámenes libres. Lo cual me pareció poco creíble, primero porque la escolaridad es obligatoria y, si fuera así, estarían alentando una situación ilegal. Por otro lado, ningún niño educado con el método y los contenidos Waldorf puede aprobar un examen con contenidos normales, sencillamente porque desconocería esos contenidos.
Sin embargo un caso reciente de la provincia de Catamarca sostiene el criterio de la no escolarización. Ricardo Ocampo es el líder de una secta de influencia pseudo orientalista que se caracteriza por la vida en comunidad donde ese líder es el centro del poder, saber y adoración (Silletta 2007). Ocampo se hace llamar Maestro Amor o Avatar y considerado el Sai Baba argentino. Ocampo no permite que los hijos de sus acólitos se eduquen fuera del ashram, así que funciona una escuela con la “Pedagogía” Waldorf la cual carece de reconocimiento oficial. Se trataría de un centro de adoctrinamiento juvenil de niños no escolarizados. Actualmente Ocampo está procesado por diversos delitos graves.
Entonces surge la duda de qué es lo que se enseña en las escuelas Waldorf con reconocimiento oficial, evidentemente no siguen la doctrina al pié de la letra. Habría que averiguar si al llegar a la adolescencia adquieren adicciones...
La segunda pregunta estuvo relacionada con el sistema cerrado y jerárquico de la antroposofía. En cien años la antroposofía sólo es lo que dijo Steiner. Muchas disciplinas del conocimiento, sobre todo científico, a veces tienen a un “padre fundador”, o varios, pero con el tiempo y los nuevos aportes la disciplina va cambiando, mejorando, en suma: va avanzando para construir un conocimiento más elaborado. La evolución biológica cambió sustancialmente desde los textos de Darwin, la física tuvo aportes revolucionarios desde los tiempos de Newton y qué decir de la genética y Mendel. Pero la antroposofía es sólo Steiner, el maestro, el líder. La respuesta de la conferencista sobre este sistema autoritario de “conocimiento” comenzó con “Steiner dijo…”.
La tercer pregunta se refirió a que siendo que las ideas de Steiner jamás fueron demostradas y tienen una fuerte base esotérica y sobrenatural (ángeles, reencarnación, espíritus, cuerpos astrales, etc.), cómo se sostiene esto en un programa pedagógico donde se deben aprender contenidos del mundo real (por ejemplo la anatomía del cuerpo humano). A pesar que ya creía superada mi capacidad de sorpresa la respuesta (después del consabido “Steiner dijo…”) se basó en la fuerza vital (con la anécdota de la plantita) y el ángel de la guarda.
Lo curioso de todo esto es que la conferencista insistía en que “Steiner dijo…” que la antroposofía es una ciencia experimental. Ciencia sarasa.
Ante variantes de esta pregunta con el objetivo de mostrar la contradicción entre lo sobrenatural y lo científico, los titubeos precedidos del “Steiner dijo…” terminaron reconociendo que la “Pedagogía” Waldorf sirve sólo si crees en ella. Es decir, no hay que preguntar ni intentar conocer sino hacer una reverencia genuflexa a lo que “Steiner dijo…” y repetir “si maestro”.
¿La Antroposofía es una secta?
El investigador Alfredo Silleta en su libro “La Nueva Era” incorpora a la antroposofía dentro de los movimientos esotéricos que antecedieron el desarrollo de las doctrinas New Age y vinculado a algunas sectas. Es difícil decir qué organización es o no es una secta. Lo cierto es que la Antroposofía es adoptada por muchos movimientos de comportamiento sectario, como el del Maestro Amor, y por estructuras racistas como la de los Niños Índigo. Rudolf Steiner en vida se comportó como el gurú de una secta, reconociendo que era poseedor de poderes paranormales y que recibía sus ideas de revelaciones místicas. También es cierto que, como en las sectas, lo escrito por el líder no se cuestiona, ni aún para mejorarlo.
¿La “Pedagogía” Waldorf es la escuela de adoctrinamiento sectario?
Es la escuela de difusión de la antroposofía porque refleja y enseña a los principios esotéricos y sobrenaturales creados por Steiner.
En Argentina es imposible que una secta tenga reconocimiento oficial en la educación privada debido a la estructura del sistema educativo. Una pregunta, de otro participante, acerca de dónde se estudia la “Pedagogía” Waldorf generó otra respuesta alarmante. Según la conferencista, no hace falta ser docente profesional para ser maestro Waldorf. Se estudia el “Seminario Pedagógico Waldorf” en un instituto de la Ciudad de Buenos Aires, y los niveles más avanzados en Estados Unidos, es decir los institutos de Formación Docente o las universidades no incorporan la “Pedagogía” Waldorf en sus carreras. Nuevamente el sistema cerrado. Siendo así carece de títulos oficiales por lo cual un maestro Waldorf no puede ejercer la docencia si no tiene otro título.
Este año (2009) un instituto apoyado oficialmente incorporó la “pedagogía” Waldorf a la formación de maestras jardineras. Pero se destaca que “reúne los fundamentos Waldorf y los lineamientos oficiales requeridos para la formación docente”. Es decir afortunadamente no se trata de la “pedagogía” Waldorf tal como lo planteó Steiner ya que las ideas ocultistas de la antroposofía no admiten cambio, agregados o adaptaciones: lo que dijo el líder es absoluto y su doctrina es contradictoria y opuesta a la docencia. En Argentina cualquier anuncio de “pedagogía” Waldorf con título oficial no es “pedagogía” Waldorf, lo cual hay que celebrar.
En síntesis
La “Pedagogía” Waldorf está construida sobre la base de los delirios ocultistas de un austriaco de hace un siglo. No es un sistema de enseñanza sino un modo de forzar el esoterismo de Steiner a una escuela de adoctrinamiento antroposófico creado para los hijos de los empleados de una fábrica de cigarrillos (Waldorf Astoria).
Las principales afirmaciones de la antroposofía jamás fueron demostradas o se encuadran en sistemas de creencias basados en la fe y en la adoración al líder y carecen de vínculos con la realidad: los septenios como etapas del desarrollo, la conformación del cuerpo humano, la reencarnación, los ángeles de la guarda, la fuerza vital, etc.
Se trata de una enseñanza conservadora que no alienta el conocimiento fuera de la antroposofía que permanece inalterada desde hace 90 años (Contarelli 2009). De hecho la antroposofía alienta el desprecio por todo lo que no provenga de los escritos del líder.
La orientación de esas escuelas se promociona como de una enseñanza totalizadora (en términos de Steiner), no fragmentada, que respeta los tiempos de aprendizaje (en términos de Steiner), que promueve aspectos artísticos (en términos de Steiner) y el respeto a la ecología (en términos de Steiner). Esos aspectos son incorporados por casi todas las escuelas estatales y privadas con la diferencia que no reconocen a Steiner como el origen de todo el conocimiento. Lo que no se expresa tan abiertamente es el currículo oculto de contenido antroposófico, lo cual en principio no tiene que generar alarma: cada quien cree lo que le parece y extracurricularmente enseña lo que sea (dentro de lo legal). Sin embargo habiendo niños en medio, que todavía no pueden elegir por sí mismos, es alarmante que se promueva abiertamente la no escolarización o las prácticas educativas basadas en conceptos ocultistas que retrasan el aprendizaje de numerosos temas, las cuales pueden generar desequilibrios en el desarrollo intelectual de los niños. Ni las escuelas confesionales más influyentes, las católicas, se atreven a esto.
Que la “Pedagogía” Waldorf en los términos planteados por los antropósofos no forme parte de los contenidos de ningún organismo oficial donde se forman docentes resulta, al menos, cuestionable acerca de su calidad como modo de enseñar o ¿todo el mundo está equivocado menos Steiner?
Bibliografía consultada
Contarelli G. 2009. Pseudociencia y educación pedagogía waldorf y colegios embrujados. http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=3948. consultado 3 de Junio de 2009.
Hammer O. 2004. Claiming Knowledge: Strategies of Epistemology from Theosophy to the New Age.
Quintana C. 2007. Señor Pata de Cabra. Crítica a la sinrazón pura. Ed. Lulu.
Silletta A. 1986. Las sectas invaden la Argentina. Ed. Contrapunto.
Silletta A. 1993. La Nueva Era. Ed. Beas.
Silletta A. 2007. Shopping espiritual. Las sectas al desnudo. Ed. Martínez Roca.
Steiner R. 1991. La Educación del Niño Metodología de la Enseñanza. Ed. Steiner.
Steiner R. 1995. Antroposofia un Camino de Conocimiento: El Misterio de Micael. Ed Aljibe.
Steiner R. 2002. Teosofía. Ed. Steiner.
Steiner R. 2004. Los Angeles y el Cuerpo Astral. Conferencia Pronunciada en Zurich en 1918. Ed. Obelisco.
¿Por que es importante que no haya sido publicado en medios científicos antes de anunciarlo a la prensa? Para quienes no están vinculados al sistema científico puede parecer un mero paso burocrático que el resultado de una investigación no haya pasado por una publicación formal o no haya sido expuesto en un congreso de la especialidad. Sin embargo se trata de un requisito trascendente que garantiza en gran parte la calidad de una investigación. Cuando un investigador expone su trabajo frente a sus pares, es decir otros científicos que saben del tema específico, pasa a ser excrutado en el modo en que planteó el problema, en el modo en que realizó experimentos para analizar el problema, cómo obtuvo los resultados y si las conclusiones son consistentes con todo lo demás. Las revistas científicas, al menos las serias, cuentan con un comité de jurados que analizan minuciosamente cada informe de investigación antes de ser publicados. Ese "filtro" evalúa la investigación y rechaza o acepta el informe para ser publicado. En este proceso es habitual que se propongan modificaciones para mejorar el manuscrito. Veamos, para hacer una analogía: es similar a cuando un alumno dá un exámen. Antes que se realice la corrección del profesor el alumno no dice "aprobé con 10" . Nadie tomaría como suficientemente válida una afirmación cómo esa sin la evaluación del docente. Si fuera así todos aprobaríamos, incluso los que no estudian para el examen. A pesar del exigente sistema de evaluación de publicación de resultados científicos ocasionalmente se filtran fraudes incluso en revistas con procesos rigurosos. Pero estos casos son extraordinarios y finalmente el fraude es descubierto por la propia comunidad científica. Es equivalente al profesor que se equivoca cuando corrije. Una afirmación científica no adquiere el estado de hecho científico cuando se la anuncia sino cuando se la demuestra. Aún así, los hechos confirmados científicamente siempre están sujetos a revisión, no son absolutos. Entonces, la confrontación de una investigación en el medio científico es excluyente para tener una idea de la verosimilitud de las conclusiones porque se conoce todo el proceso que llevó a la conclusión y no sólo la conclusión. Además, con este proceso se garantiza que cualquiera que dude pueda repetir el experimento, lo cual es una condición básica del conocimiento científico. En este caso el investigador destaca un medio periodístico sobre las publicaciones científicas y cuestiona al sistema al cual pertenece " –Se acusa a su investigación de no estar validada en una publicación científica. –Es una chicana barata, de cuarta, que sólo muestra el temor de las empresas. En el mundo científico es sabido que la validación de un trabajo no se da por su publicación en una revista del sector." Este ataque contra la ciencia y su sistema de divulgación resultan curiosos en tanto que su currículum manifiesta que ha usado reiteradamente esos canales que ahora cuestiona para hacer conocer sus investigaciones. De hecho el propio investigador luego destaca el reaseguro del sistema de publicaciones científicas ya que en caso que se cuele un fraude es el propio sistema el que lo detecta y denuncia: "Es más, los científicos somos testigos de errores e incluso fraudes que se publican en revistas especializadas. Muchas veces se publica algo y luego se demuestra que es erróneo."
¿Cómo se haría para detectar un fraude si los científicos sólo anunciaran sus resultados a la prensa como en este caso? En el caso de la crotoxina los resultados se dieron primero a la prensa, luego cuando una comisión del CONICET analizó el informe se demostró que además de decenas (si: decenas) de fraudes científicos (es decir mentiras e inventos de resultados) los médicos que anunciaron la cura del cáncer no siguieron los protocolos especiales para investigaciones que involucran a humanos y que tiene que ver con cuestiones de ética. Las pseudociencias tienen rasgos en común, a pesar de que son muy diversas, uno de esos rasgos es la proclamación de grandes descubrimientos fuera del ámbito científico, normalmente en medios de prensa. Además del caso crotoxina fue famoso el caso de los físicos Pons y Fleishmann que anunciaron que habían logrado la fusión fría, es decir un método barato y no contaminante que resolvía todos los problemas de energía de la humanidad. Nadie, ni ellos mismos, pudieron repetir el experimento convirtiéndose en otro paradigma de los fraudes científicos. Hace unos pocos años en Mar del Plata un vecino también anunció a la prensa que había resuelto los mismos problemas de energía pero con una máquina de movimiento perpetuo. El análisis de científicos demostró el engaño. Este caso no se puede encuadrar como fraude científico porque el perpetrador no es un científico. Con este caso del glifosato ocurre exactamente lo mismo: el anuncio público antes que la evaluación de pares. Aprobar el examen antes de ser corregido. Pero hay otra similitud con el caso crotoxina: en principio se dio la información como que era responsabilidad del CONICET, pero luego el propio investigador tuvo que desmentirlo: el científico pertenece al CONICET pero la investigación la realizó de modo independiente. Como en el caso crotoxina, las investigaciones fueron realizadas sin el contralor de alguna institución académica. Cuando comienzan las dudas aparecen las teorías conspirativas. La cura del cáncer o el descubrimiento de un veneno usado masivamente no pasa desapercibido y los científicos están entrenados a preguntar ¿por qué? Es la duda que permite el avance del conocimiento, pero ningún científico pudo conocer porqué el glifosato es perjudicial para la salud porque nadie pudo conocer cómo se desarrolló la investigación. Es una duda razonable, pero rápidamente surgió la teoría conspirativa frente a quienes dudaron: "se quiere tapar todo porque perjudica a las productoras de Glifosato y a la industria multinacional de la soja transgénica".
Cuando un periodista le pregunta al investigador responsable del anuncio acerca de la aparente dificultad de publicar en medios especializados, responde "–Porque no hay canales institucionales confiables que puedan receptar investigaciones de este tipo, con poderosos intereses en contra..." Es difícil creer que todas las editoriales científicas del mundo estén complotadas contra este investigador. Aún siendo así, puede publicar su informe completo en internet y que cada uno lo pueda analizar. En la ocasión del caso de la Crotoxina se afirmaba que los "héroes argentinos" eran atacados por las multinacionales farmacéuticas que se verían perjudicadas en la venta de sus productos contra el cáncer. Los "descubridores" de la fusión fría o de la máquina de movimiento perpetuo marplatense serían atacados por las multinacionales petroleras. Es un libreto escrito hace mucho. Como en otros casos que resultaron fraudes científicos la teoría conspirativa trascendió hacia el propio sistema científico al que pertenece el protagonista cuestionando el valor de las ediciones científicas. En síntesis, hasta la fecha, ningún investigador independiente pudo analizar si lo dicho en la prensa tiene algún grado de verosimilitud, no se publicó en medios académicos especializados que evalúan diversos aspectos del informe, el estudio no fue insertado en proyectos de instituciones a las que pertenece el investigador, frente a las dudas surgió la teoría conspirativa externa e interna al medio científico. Además el propio responsable dos semanas después del anuncio admitió que la investigación está inconclusa "Debo terminar algunos ensayos y estará listo". ¿Entonces el informe del glifosato es un fraude científico?
Este caso tiene la forma de los fraudes perpetrados por científicos que publican sus resultados a la prensa para causar un efecto en la opinión pública. Si bien es un llamado de atención que requiere al menos la expresión de la duda, en realidad, no es posible saber si lo dicho es cierto hasta que no se publique un informe detallado de la metodología, de los resultados y de la interpretación del conjunto del estudio. Es decir hasta que se cuente con información que permita evaluar que los dichos sean consistentes con los hechos. Con la información que apareció en los periódicos no se puede afirmar ni refutar si el glifosato es perjudicial a los seres humanos. Quien tome posición, a favor o en contra, sólo con esa información estará haciendo un acto de fé, basado exclusivamente en la creencia y no en los hechos. La verdad está indeterminada y le toca jugar al responsable que llamó a la prensa. Aunque este caso sea casi calcado de varios fraudes científicos en lo que respecta al modo de publicación y al argumento de la conspiración, nadie puede afirmar que se trate de un fraude.
Este caso tiene una diferencia sustancial con el caso de la crotoxina. En aquella ocasión el gobierno actuó de inmediato para conformar una comisión de oncólogos especialistas para que evalúen las investigaciones lideradas por Vidal. El resultado fue, lamentablemente, que se trataba de una fantasía. En esta oportunidad esa acción no existe, y debería ser imperativo que el Estado actúe tanto por la gran sensibilidad que generó el tema como porque si resulta cierto las consecuencias a la salud pública son atroces. Si fuera así las empresas y los organismos que aprobaron el glifosato deberían dar explicaciones y reparar los daños y el denunciante debería ser tratado como un héroe de la humanidad al que todos deberíamos estar agradecidos.
ACTUALIZACIÓN DEL 15 DE MAYO
Publica el mismo medio que generó la noticia:
"El Comité Nacional de Etica en la Ciencia y la Tecnología (Cecte) recomendó al ministro del área, Lino Barañao, la “urgente creación” de una comisión interdisciplinaria de especialistas para que se expida sobre los “posibles riesgos” del uso del químico estrella en el modelo actual de la agroindustria local. También pidió que los expertos convocados no tengan vinculación académica o económica (ni pasada ni presente) con empresas del sector. La recomendación del Cecte se produjo como consecuencia del debate que abrió la publicación en Página/12 de la investigación del científico Andrés Carrasco, que confirmó efectos letales del glifosato en embriones anfibios."
Así que el llamado de alerta que realizaba al final del artículo queda anulado por la iniciativa del Cecte.
Se trata de una acción muy importante ya que se podrá evaluar objetivamente si el estudio existe, si su metodología fue adecuada y si sus resultados son válidos. La racionalidad prevaleció frente al impacto de eso tan subjetivo que es la "opinión pública", ese comité no eligió publicar una nota a los medios dando un dictamen acerca del tema sino, sin tomar posición, busca responder a la pregunta ¿POR QUÉ?
Esta actitud que involucra la participación del Estado en este tema tan sensible, además, es doblemente valiosa por cuanto no se escudó tras el "Principio de Precaución". A los ambientalistas radicales no les interesa conocer si el glifosato es perjudicial para la salud ni que se investigue para clarificarlo, ellos "ya lo saben" y sólo les interesa la prohibición. En las semanas posteriores a la primer publicación periodística sobre el peligro del glifosato diversos grupos ambientalistas invocaron el principio de precaución para detener el uso de ese químico de 18 átomos.
Transcribo un párrafo acerca del Principio de Precaución del libro "Señor Pata de Cabra. Crítica a la Sinrazón Pura"
El irracionalismo de los grupos ambientalistas radicales se manifiesta en los fundamentos de su prédica anticientífica y antitecnológica. Debido a la diversidad de sus expresiones se dificulta sintetizar su pensamiento, aunque hay un dogma central que es común a todos ellos e inclusive a muchos ambientalistas no radicalizados. Este dogma puede ser llamado la "falacia ambientalista" y se trata del "Principio de Precaución". Esta idea consiste en detener o prohibir el desarrollo o la investigación de un tema del que se sospecha que perjudica al ambiente o a la salud. Lo absurdo de este dogma es que no se requiere de fundamentos probatorios para invocarlo, en cambio se pretende que los que desarrollan la tecnología son los que deben demostrar que su producto no es perjudicial en el aspecto que se le ocurre al denunciante. Esto es imposible desde lo lógico y lo práctico, se trata de una acción tramposa que pretende invertir la carga de la prueba, ya que el que hace la afirmación ("el producto A ocasiona el perjuicio B") es quién debería presentar las pruebas y no el denunciado. Es decir si un ambientalista denuncia que cierto agente causa un determinado daño en el futuro, lo correcto es que sea él quien lo demuestre con evidencias en lugar de emitir una sospecha vaga y acusatoria, pero con fuerza de condena. El Principio de Precaución, además, trae aparejada la idea que la tecnología o el desarrollo del conocimiento tengan riesgo cero, lo cual es imposible. La ciencia, que es el mejor método que disponemos para conocer, no es absoluta con lo cual el riesgo cero es imposible de predecir. Si se aplicaría el Principio de Precaución con la rigurosidad pretendida por los ambientalistas radicales se debería detener toda la investigación y eliminar todos los avances tecnológicos de los últimos 10.000 años. Todos los medicamentos o terapias médicas deberían ser prohibidos, lo mismo que todos los productos tecnológicos, desde los lápices y las palas pasando por los marcapasos y las computadoras hasta las incubadoras para bebés prematuros. La forma habitual del discurso de estos ambientalistas es "se debe prohibir X porque desconocemos sus efectos negativos en el futuro". En última instancia esta falacia es una trampa que pretende detener el conocimiento.
Hemos recibido el libro
Vida en el universo. Del mito a la ciencia.